domingo, 1 de diciembre de 2013

Escapadas: Barcelona

Hacía tiempo que no visitaba la ciudad Condal. Quizás, la ciudad más cosmopolita de España, siempre abierta a las últimas tendencias. 

Un viaje perfecto siempre va unido a un buen sitio donde alojarse y descansar. En esta ocasión elegimos la opción del "Hostal Boutique", en un lugar céntrico. 

Mi primera vez fué en Florencia, en una edificación del Renacimiento en la céntrica y glamourosa via Tornabuoni, pero en España todavía había seguido siendo fiel a los hoteles, en mis escapadas de fin de semana.

Esta alternativa de alojamiento está proliferando en las ciudades más turísticas de Europa. El Hostal Boutique, no deja de ser una vivienda de grandes dimensiones, dividida en amplias habitaciones y con unas reducidas zonas comunes, a las que no les falta ningún detalle. Decorados de forma exquisita y ofreciendo comodidades dignas de un "Hotel Boutique" u "Hotel con Encanto" los distingue de los comunes hostales.

Los elegidos para pasar un agradable fin de semana en Barcelona, fueron el Hostal Boutique Kronos (C/Mallorca) y el Hostal Violeta Boutique (C/Caspe),
paralelos al Paseo de Gracia. 
El primero, en la parte alta cerca de la Diagonal y el segundo en la parte baja, cercano a Plaza de Cataluña. Nos alojamos en el Violeta Boutique de la Calle Caspe. Lo que más me llamó la atención fué que ambos disponían de una magnífica terraza en la que desayunar o relajarse, tras un duro día de shopping.



La elección para la cena del primer día fue Hard Rock Cafe, en la Plaza Cataluña, pues ya hacia tiempo que no disfrutaba de una "bacanal a la americana". Al ser el primer día, tras un buen paseo nocturno a la Torre Agbar nos retiramos a descansar. A pesar del turismo que hay en Barna, nos sorprendió que los domingos las tiendas permanecen cerradas. Por lo que, sólo disponíamos del sábado para hacer shopping. 


Tras un fantástico desayuno de muffins de varios sabores, empezamos nuestro recorrido por las tiendas de mobiliario de diseño y ropa. Oferta exclusiva en Barcelona y que no podemos encontrar en otras ciudades. La tienda de alfombras de Nani Marquina, "El Apartamento" o "Vinçon" fueron algunas de las elecciones previas antes de adentrarnos en las boutiques de Paseo de Gracia o Diagonal. 
En Paseo de Gracia, además de los monumentos de Gaudí, La Pedrera o La Casa Batlló, están la mayoría de las grandes firmas relacionadas con el lujo y la sofisticación. En esta ocasión, las visitas más interesante fueron a "Brunello Cucinelli" o "Burberry", este segundo con un megastore, donde empaparse del estilo brit que tanto me gusta. Muy cerca, en Rambla Cataluña esta "Gant" que siempre tiene un huequecito en mi corazón, y en Cortes Catalanas, "The North Face", que siempre ofrece algo cómodo y calentito, de la mano de materiales poco comunes y novedosos, para poder soportar bajas temperaturas.


Llegó la hora de comer y ante tan vasta oferta, haces cosas impensables pero que al final te salen redondas. Tras una visita a nuestro Hostal para dejar las compras de la mañana, vimos que en la esquina de la calle había un restaurante muy sencillo. La comida era tradicional, catalana, y tenía una agradable terracita. 
Decidimos comer aquí, finalmente, por un pequeño detalle, que llamó nuestra atención. 

El logo del bar tenía cierta similitud, creemos intencionada, al restaurante de una conocida cadena hotelera, donde cenamos en Nueva York. Lo que en la Gran Manzana era el restaurante del Four Seasons, aquí en Barcelona se llamaba "Las cuatro encinas". El diseño del mobiliario no era de Mies van der Rohe, ni la comida estuvo a la altura, pero la intención del propietario nos pareció de lo más simpática. 
La verdad que fue un acierto, y entre risas y recuerdos pasamos un muy buen almuerzo.

La tarde del sábado disfrutamos de la compañía de unas amigas catalanas, que nos llevaron a unos sitios maravillosos.
Tomamos un café, bajo el techo y entre las columnas gaudianas de La Pedrera, en la cafetería de la entreplanta y nos tomamos unos vinos en La Vinoteca Torres junto a unos croquetitas de ibérico, exquisitas. 

La cena, fue en El Mordisco, en el Paseo de la Concepción. Para los que sufrais mi mismo problema, y solo os orientéis por las tiendas... es el callejón que está entre Santa Eulalia y Dolce&Gabbana. 
(Santa Eulalia , es la tienda en la que principalmente se vestía Guardiola, o eso me comentaron. Aunque detesto el fútbol, reconozco que este tipo siempre va a la última y con estilo.)

El Mordisco, me encantó además de por la compañía que fue insuperable, por todo lo que pedimos.  Fue excelente y el postre, puso la ginda -con la tarta de zanahoria- a tan agradable velada.

Pero no hay noche perfecta, sin el remate de un refinado cocktail en un sitio diferente, el elegido, nos lo recomendó una buena amiga, que viaja a menudo a Barcelona por trabajo,   fué Les gens que j´aime, en la C/Valencia frente al Hotel Majestic.


     Barcelona, es un buen plan de fin de semana. Pero como dicen los catalanes, "Barcelona es bona si la bolsa sona"; y tienen toda la razón...